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SAN PUGLIESE

SAN PUGLIESE OSVALDO

Que no se sepa bien cuál es el origen de un mito, contribuye a su mística y lo agiganta. El de San Pugliese, gran pianista y autor de decenas de tangos, nos acompaña en el mundo de la música.

En el universo artístico es bien sabido que no hay santo que caiga mejor que el talentoso Osvaldo Pugliese.  Ya sea que se lo invoque tres veces antes de subir al escenario, que esté presente en camarines en formato poster o como estampita en los altares de los estudio, Pugliese es la pata de conejo de los músicos.

El nacimiento del mito

Su familia cuenta que el mismo Osvaldo se reconocía como «la medallita del pueblo».  Quizás por esa sonrisa de buen tipo y su sentido del humor, sus amigos lo invocaban como talismán de buena suerte. Tal vez, porque a pesar de los varios traspiés (fue perseguido, censurado y hasta preso por estar afiliado al Partido Comunista durante el gobierno de Perón y la dictadura de la Revolución Libertadora) que tuvo a lo largo de su vida, nunca dejó de tocar.

Muestra de la popularidad de esta costumbre la retrató muy bien León Gieco en la canción «Los salieris de Charly«, con su frase «siempre mencionamos a Pugliese».

Lo cierto es que más allá de todo, Pugliese comenzó a ser San Pugliese, a medida que se fueron sucediendo distintos contratiempos en ámbitos de la música y que con tan sólo invocarlo, las situaciones se remediaban automáticamente, como por arte de magia. Se volvió el ‘antimufa’.

El puntapié de la leyenda fue un recital del gigante Charly García. Con varios problemas técnicos, el espectáculo estaba a punto de ser cancelado minutos antes de comenzar. En una de las tantas pruebas, ya casi dándose por vencidos, volvieron a probar el sonido pero esta vez con ¡un disco de Pugliese! Imposible ya saber qué fue lo que sucedió. Pero de manera instantánea se solucionaron todos los inconvenientes y finalmente pudieron dar comienzo al show. Así, San Pugliese comenzaba su carrera como el Gauchito Gil del rock.

Como el patrono del aula

En Rara Avis nos proclamamos fieles seguidores de este gran músico de cepa tanguera. Por esto, no dudamos en nombrarlo nuestro Santo Patrono para que nos ilumine en la creatividad y nos guíe en el camino del artista.

Como todo santo, Pugliese no es menos y tiene su propia oración, para invocarla en caso de necesidad y por qué no, agradecimiento:

“Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos dejes en silencio mirando un bandoneón sobre una silla”. 

¡Pugliese, Pugliese, Pugliese!